me traes este pez lleno de púas
si fuera de lana un pez
en que cabe el dedo el deseo el desdén
recordaría los cardos que contienen los encarnes
pero es un pez espino
cuyas cerdas son una amenaza
una ponzoña un pez espléndido en su vitrina
un pez con franjas de colores vívidos vivientes
esos que saltan -como peces mismo-
y tóxicos salpican
flecos espinas tajos en la boca
y embriagan de verlos tan bellos
tan riesgosos
vestido de cerdas este pez que traes
no pide que lo toquen no es cachorro no es crianza
no alimenta el viejo instinto materno-táctil
mas si lo mordiera si ansiosamente lo
mordiera
moriríamos ambos de asco
y convulsión